Por: Adolfo A. González L.

El estudio de las Escrituras es sumamente importante, tiene que ser una actividad esencial y constante en nuestras vidas ya que en ellas se revela la voluntad de Dios hacia nosotros. No decimos que en la Biblia encontraremos respuestas para preguntas como: “¿Qué trabajo, entre estos tres, debo elegir?’’ “¿Debo asistir a ese viaje?’’ etc. La Biblia no es como un manual exhaustivo que nos dirá paso a paso lo que debemos hacer en toda y cada una de las situaciones en que nos encontremos, más bien la Escritura nos orienta espiritual y moralmente, y eso nos ayudará a ser sabios y poder determinar en cada situación como hemos de responder. 

Existen dos cosas que debemos tener en cuenta al acercarnos para estudiar la Escritura: 

  1. Debemos tener un espíritu correcto

Cuando somos genuinos hijos de Dios, el Espíritu Santo vive en nosotros perpetuamente y él nos ayuda a entender las cosas escritas en la Biblia, Cristo habló del Espíritu diciendo:  “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad…”  (Jn. 16:13). Y el apóstol Pablo escribió: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido…” (1 Co. 2:12). Prácticamente, Cristo nos ha dado al Espíritu Santo para que podamos entender lo que Dios nos ha revelado en las Escrituras. El espíritu correcto se desarrolla en base a la presencia personal del Espíritu de Dios en aquel que piensa estudiar su Palabra, y este espíritu correcto es la humildad. Dicho de otra forma, el fruto de tener al Espíritu Santo morando en nosotros, es tener humildad al acercarnos a estudiar la Escritura. 

Debemos tener humildad para con Dios, teniendo una mente lista para recibir su enseñanza, respetando al Autor de la Biblia y escuchando su voz dispuestos a obedecerle. Debemos tener humildad para con otras personas, ya que el estudio de la Escritura no es para buscar problemas o hacer menos a otras personas que puedan entender diferente las verdades de la misma. Por ejemplo; El tiempo correcto de celebrar la cena del Señor no se nos declara en la Escritura, solo nos habla de una actitud correcta al hacerlo (1 Co. 11: 17-34), pero muchos se oponen a otros cristianos argumentando que el tiempo en el que lo hacen es incorrecto, basándose solo en pensamientos subjetivos. 

Una de las premisas del Karate, es que es una disciplina que debe usarse solamente como defensa, pero nunca como un medio para pelear intencionalmente. El estudio de la Escritura es similar, es una disciplina espiritual que debe ser de beneficio para nosotros y para otras personas, nunca debe ser utilizada para pelear sino para crecer en conocimiento de Dios, defender nuestra fe y llevar a las personas a Cristo. 

  1. Debemos usar el método correcto

A parte de acercarnos al estudio de la Escritura con un espíritu correcto es menester utilizar un método correcto para sacar el máximo provecho a la Palabra de Dios. En su libro “Claves de interpretación Bíblica,” Tomás de la fuente dice: “Cuando afirmamos que existe un método correcto, no lo hacemos pretenciosamente. El método correcto se ha determinado eliminando los que son falsos, de acuerdo con la conciencia cristiana universal. Los métodos falsos fueron eliminados después de observar las conclusiones falsas que resultaron por el uso de ellos’’. 

Alrededor de la historia se han usado tres métodos equivocados para estudiar la Biblia, estos son: (1) El método racionalista (2) El método alegórico-místico y (3) El método dogmático. El que nos interesa ver y adoptar como el mejor método para acercarnos a la Escritura y aprender de ella correctamente, es el método gramático-histórico. 

Consideramos que el método gramático-histórico es el correcto por las siguientes razones: 

El método gramático-histórico considera que la Biblia fue escrita como una historia fidedigna, que no está llena o compuesta de puras alegorías, fábulas, mitos o engaños. La historia es tan real que tiene sustento arqueológico: las ciudades, las costumbres, los eventos, las regiones etc. Cada historia o suceso histórico en las Escrituras es real y solo se ha de entender o interpretar alegóricamente o espiritualmente, en donde las mismas Escrituras nos indiquen que ha de ser así. Por ejemplo, Gálatas 4: 21-31 es una alegoría que nos enseña la diferencia entre los dos pactos, pero esto no pervierte el sentido histórico en el que está basada la alegoría. En verdad existieron estas dos mujeres con sus dos hijos. 

El método gramático-histórico fue impulsado por los reformadores Lutero y Calvino, quienes, por medio del énfasis en los idiomas originales, demostraron que el justo entendimiento de ellos aclaraba el sentido verdadero de las Escrituras, el cual debe ser más literal y no alegórico. El método gramático-histórico comprende el estudio correcto de: 

Hasta aquí podría verse que el estudio correcto de las Escrituras es largo, tal vez tedioso para muchos, pero la realidad es que el estudio de las Escrituras, aunque implique tiempo y esfuerzo, es una de las actividades más bellas y con gran significado,  podemos entenderla como una actividad privilegiada de parte de Dios a los seres humanos. Sí, somos privilegiados por Dios porque nos ha dado su Palabra. Sí, somos privilegiados por Dios porque nos ayuda con su Espíritu Santo y con muchas herramientas para estudiar su Palabra. 

Acercándonos para estudiar la Biblia con un espíritu correcto y con un método correcto, llegaremos a conocer más y de una forma mejor a Dios mismo, sabremos cómo es Él, sabremos cómo actúa en diferentes situaciones, sabremos lo que tiene preparado para quienes le buscan sinceramente. El estudio correcto de las Escrituras es enriquecedor para todo aquel que se acerca correctamente a ellas. 

Anímese y emprenda esta gran labor de estudiar, conocer y compartir a Dios, bendiciones. 

Bibliografía

De la fuente, Tomás., (1985), Claves de interpretación bíblica, El paso, Texas, ed. Mundo Hispano.