Por: Emmanuel Méndez
Hace poco oí a algunas personas comentar que los tiempos en los que estamos viviendo son muy difíciles, de hecho, en la comunidad cristiana, algunos dicen que son los últimos tiempos y que la venida del Señor está cerca, ellos lo expresan de esa forma al notar que las cosas cada vez van de mal en peor y que nadie está haciendo nada. En el libro “Tiempos serios” veremos cómo el autor, citando a Jonh Adams, nos dice: “Amigo, tú y yo estamos viviendo en tiempos serios” esta frase me lleva a meditar que estos “tiempos serios” no son una época o un periodo sino todo el transitar de la humanidad.
James Emery White es el pastor fundador y principal de Mecklenburg Community Church en Charlotte, Carolina del Norte; el presidente de Serious Times, Inc., un ministerio que explora la intersección de la fe y la cultura y aloja este sitio web, ChurchAndCulture.org, que presenta sus mensajes y blogs; fue profesor adjunto de teología y cultura en el Seminario Teológico Gordon-Conwell, donde también se desempeñó como su cuarto presidente; y autor de más de veinte libros que han sido traducidos a diez idiomas. Se ha desempeñado como profesor visitante en instituciones tales como el Seminario de Nueva Orleans, el Seminario del Sur, el Seminario del Sureste y el Instituto Teológico de Moscú.
Actualmente es miembro de la Junta de Referencia en Union University y ha sido miembro de la Junta del Instituto Teológico de Boston, que incluye escuelas como Boston College, Boston University y Harvard. En noviembre de 2009, White firmó una declaración ecuménica conocida como la Declaración de Manhattan que llama a los evangélicos, católicos y ortodoxos a no cumplir con las reglas y leyes que permiten el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y otros asuntos que van en contra de su conciencia religiosa.
“Tiempos serios” es una obra que nos presentará la dificultad de nuestros tiempos debido al postmodernismo, pues al presentarnos un resumen histórico, nos enseña que desde el siglo XV hasta el XIX el modernismo era la “solución” a los problemas generales de la humanidad; lo que nadie se imaginó fue el fracaso tan gigantesco de esta era, dando como resultado las dos grandes guerras mundiales, demostrando que el humano tiene poder para autodestruirse. James llama a este proceso la segunda caída, y tiene razón, porque en la época de la modernidad es donde el ser humano puso énfasis en la razón (quitando a la teología como la reina de las ciencias) y haciendo que la voz de las iglesias cada vez se fuera apagando y se experimentara una nueva persecución intelectual.
Después del fracaso de la modernidad, la humanidad tenía que buscar una nueva alternativa, una solución que pudiera remediar la maldad del hombre, y es ahí donde muchos se han acogido a la postmodernidad (tal vez la teología liberal fue el principio de esto) pensando que el relativismo moral, el naturalismo reductivo, y el nihilismo son la respuesta a la maldad del hombre.
Por seguir el postmodernismo ¿La humanidad se ha quedado sin remedio? La respuesta es No, porque nosotros, al seguir la osadía de nuestros hermanos a lo largo de la historia, podremos dejar huella en estos tiempos serios, el ejemplo de ello es el pastor Dietrich Bonhoeffer, quien se enfrentó con el mismísimo Hitler al no aceptar el Nazismo, es autor de un libro llamado “El costo del discipulado,” y aunque murió colgado, las personas que le conocieron fueron impactadas por su testimonio. El ejemplo de otro creyente es el de San Patricio, quien hizo que los irlandeses conocieran del Señor y cambiaran drásticamente su cultura. Esta obra literaria presenta varios ejemplos de este tipo, para después retarnos a que dejemos huella proclamando el nombre del Señor.
Si pudiéramos encontrar la tesis del autor, básicamente la podría dividir en dos partes:
1.- La historia ha demostrado que el hombre, en ninguna época ha sido capaz de resolver la maldad que posee
2.- Pero los cristianos de cada época histórica son capaces de impactar y cambiar al mundo caído, cambiando la cultura de una nación o dejando una huella en la historia.
Es verdad estamos viviendo tiempos serios, pero el libro nos mostrará a los héroes de la fe, a través de la historia, que impactaron en el mundo (logrando grandes eventos como la abolición de la esclavitud) para después retarnos a dejar huella en este mundo para la gloria de Dios.
Al leer esta obra, para mí fue impactante por la sencillez con que se presentan las cosas, siempre va al grano y presenta las pruebas necesarias de tal manera que, tú como lector, llegas a las conclusiones necesarias y él le da un toque teológico que amplifica más el punto de vista.
Otra parte importante es que presenta muchos aspectos prácticos que pueden ser aplicados a la iglesia actual, además, las citas y referencias que hace James son muy asertivas entre el uso de relatos o declaraciones antiguas y actuales, no sólo refuerzan el punto sino que también demuestran con mayor eficacia la tesis principal, y lo que los creyentes hicieron en cada época para exaltar el nombre del Señor.